Moreno habla de su salida, justifica el no haber podido dar más explicaciones y resta importancia a la reacción del público. No era un partido más. El de este viernes llevaba consigo un enorme componente sentimental para Vicente Moreno, que se reencontró con los medios isleños tras una derrota que escuece y que deja «mal cuerpo» al técnico valenciano y a un Espanyol que pagó sus «imprecisiones» en Son Moix. Allí fue recibido Moreno con división de opiniones por parte de la grada, aunque se oyeron pitos que dejaron patente el descontento de un sector de la hinchada con la salida del técnico, recibido ya desde la llegada del equipo con disconformidad en los exteriores del estadio. Restó importancia el ahora entrenador blanquiazul a esos hechos y se mostró de nuevo agradecido por lo vivido y recibido esas tres temporadas que estuvo en el banquillo de Son Moix.
Solo se han disputado tres jornadas y el calendario todavía marca días de agosto, pero el Mallorca llega al primer parón de la competición instalado en la atalaya de la clasificación y la sensación de estar asistiendo al nacimiento de un EQUIPO así en mayúsculas. De un bloque armado, solidario, ambicioso, ordenado, al que es difícil crearle ocasiones -no recuerdo ninguna parada meritoria de Reina-, que arriba tiene veneno y que se bate el cobre en una presión adelantada y después en el repliegue. Es el inicio soñado para un recién ascendido que todavía se encuentra en construcción y que, por lo tanto, todavía tiene un amplio margen de mejora.
El Mallorca juega esta tarde (17:00 horas, Mendizorroza, Movistar LaLiga) el segundo encuentro del curso y el primero lejos de Son Moix. Lo hace ante un Deportivo Alavés necesitado de recomponer su figura tras caer en la primera jornada ante el Real Madrid por un gol a cuatro.
El Real Mallorca buscará este sábado la primera victoria de la temporada. El conjunto balear visita el estadio de Mendizorroza para enfrentarse al Deportivo Alavés en la segunda jornada del campeonato de la Liga Santander.