Tokio 2020, por fin lo vulnerable se hace fuerte
Cuando
Simone Biles
habla, el mundo escucha. Y lo hemos pasado tan regular este año que mientras esperábamos ver cómo la mejor gimnasta del mundo acumulaba medallas “cual imanes de la nevera”, decía el New York Times, nos ha sacudido más desde el suelo que en el aire. Decir ‘
No puedo más. No estoy bien. No disfruto de lo que hago’ tiene un poderoso mensaje ejemplificador como mínimo para los jóvenes. Para los que conocen
la ansiedad y se sienten ninguneados cuando lo cuentan, para quienes creyeron que el ‘Vete al médico’ de un diputado del PP en el Congreso iba por ellos (y no por él).