El PJ es el único poder que no surge de la voluntad ciudadana La “Cuarta Transformación” (4T) se ha propuesto modificar la naturaleza del régimen heredado. Su estrategia implica usar instrumentos del Ejecutivo para deshacer, debilitar o neutralizar enclaves que dentro del propio aparato de gobierno se han convertido en focos de defensa de los intereses creados. Tal es el caso del poder judicial (PJ) que, no obstante, notables excepciones, históricamente está muy identificado con lo injusto y lo corrupto.
Constituido cual Secretario de Justicia del Gabinete Obradorista, Arturo Zaldívar fue comisionado en Palacio Nacional para concretar, entre varios, dos empeños cuatroteístas: primero, apaciguar la revuelta contra el entreguismo y la majadería de José Luis Vargas en el TEPJF y, segundo, suscitar que en la presidencia del Tribunal se quede alguien ‘a modo’ para no correr riesgos innecesarios en la calificación de la elección presidencial.
La Sala Superior del Tribunal del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) reanudó sus sesiones públicas y se garantizó su apego a la legalidad, constitucionalidad y la defensa de los derechos políticos y electorales de los procesos comiciales, esto luego de más de una semana de crisis interna donde se destituyó a José Luis Vargas Valdés como presidente de esta instancia.Al iniciar la sesión con la asistencia de los siete magistrados, que preside Felipe Barrera Fuentes, la magistrada Mónica Soto Fregoso -la única que no se había pronunciado durante la crisis interna- destacó el acuerdo alcanzado para reanudar los trabajos de calificación de las elecciones federales y estatales del 6 de junio.“Este tribunal hará lo que sea necesario para garantizar el ejercicio pleno y la protección de los derechos político electorales, y llevar a buen término los medios de impugnación que se están presentando, que se han presentado y que faltan por presentarse para concluir el pro