Los novios vigueses no quieren esperar más. El procastinamiento forzoso al que se han visto sometidas las parejas desde que la pandemia entró en escena, ha llegado a su fin. El respiro de las restricciones ha traído consigo el lleno absoluto de las agendas de restaurantes y organizadores de bodas, que ven acelerado el ritmo que se había frenado en seco hace dos años. El número de bodas en Vigo no ha aumentado significativamente.
El cocinero confió “desde el primer día” que abrió su aplaudido restaurante Arbidel en la carne de la ganadería de Ribadesella, una firma volcada en mejorar y apoyar el producto asturiano
La llamada de una ciudadana puso en alerta a los agentes que comprobaron que la obra había provocado la caída de cascotes en la acera de la calle Santa Clara