La estampa se produjo hace escasos días. En una subasta de inmuebles del Estado se congregaron varios interesados en tres viviendas ubicadas en el Portitxol, Santa Ponça y Son Gotleu. Un inversor centroeuropeo advirtió a los allí presentes que se lo quedaría todo. Por el de Son Gotleu, en la calle Regal, pagó 80.000 euros, aún sin reformar. Si sale al mercado, el precio quedará totalmente fuera del presupuesto de los vecinos. «
Al final acabaremos todos en VPO y las libres las habrán acaparado los inversores», cuenta esta fuente anónima.
Aunque hubo una caída en 2020 por la pandemia, los extranjeros son los responsables de alrededor del 30 por ciento de las compraventas de Baleares. Fuentes del sector advierten que «