Hay títulos de libros que impactan a la primera mirada, como
Una temporada en el infierno,
Viaje al fin de la noche, El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. A esa clase pertenece esta deslumbrante novela, girante alrededor del refrán saharaui referido al rito del consumo de las tres tazas de té a lo largo de la jornada: “El primer té es amargo como la vida, el segundo es dulce como el amor, el tercero es suave como la muerte”.
Es como si el propio Sahara, para cantarse, se hubiera convertido en una mujer francesa que escribe en Colombia una novela en español que enumera paso por paso los espejismos del enamoramiento protector y sin fondo, en busca de perderse en un exotismo diferente de los recovecos de su desasida conciencia. Dos itinerantes entregados de pies y manos, el uno rebelde, confuso y propenso a la intoxicación y la otra, más asentada en el manejo de la realidad arenera o pedregosa pero ahíta de sueños, emprenden desde París una vuelta al mu