Por el año 1998, Leo Spitzer publicó el libro Hotel Bolivia. The culture of memory in a refuge from nazism (New York: Hill and Wang, 1998), que tuvo una nula recepción académica en Bolivia, debido a que la editorial estadounidense no puso en circulación el texto en suelo boliviano, y otro factor de ello, es que fue publicado en idioma inglés. Estos dos factores –entre otros–, imposibilitaron por largo tiempo conocer una parte de la historia contemporánea de Bolivia, en donde los protagonistas de esta historia fueron los emigrantes judíos que llegaron a una tierra desconocida por azares del destino. Luego de veintitrés años de aquella primera edición, acaba de publicarse la edición en español de la obra intitulada Hotel Bolivia. La cultura de la memoria en un refugio del nazismo (La Paz: Plural editores, 2021).
Anuncios para huir de la SS
El periodista Julian Borger, que vivió el drama, reconstruye las claves de cómo niños judíos escaparon de las garras del nazismo
Llegada a Londres de los pequeños. | GETTY Begoña Arce
Decenas de niños judíos escaparon a Reino Unido gracias los clasificados que sus familias pusieron en la sección de anuncios del diario ‘The Guardian’. Un periodista, hijo de ellos, rehace la historia tras una investigación en los archivos del periódico, que cumple 200 años. Hace años, Fernando Fernán Gómez montó un espectáculo teatral utilizando como único texto anuncios por palabras de los periódicos. El monólogo iba saltando entre ofertas, búsquedas, alquileres y prestaciones varias. Los espectadores pasaban del subidón emocional a la carcajada, de la sorpresa a la intriga. Era menos lo que decían aquellas frases breves y bien matizadas por la voz y la cadencia del gran actor, que lo que dejaban en
0 Comentarios
Hace años,
Fernando Fernán Gómez montó un espectáculo teatral utilizando como único texto anuncios por palabras de los periódicos. El monólogo iba saltando entre ofertas, búsquedas, alquileres y prestaciones varias. Los espectadores pasaban del subidón emocional a la carcajada, de la sorpresa a la intriga. Era menos lo que decían aquellas frases breves y bien matizadas por la voz y la cadencia del gran actor, que lo que dejaban entrever. En uno de los mensajes alguien vendía la ropa de un recién nacido, “sin usar”, y una cuna, “sin estrenar”. El tono al leerlo no dejaba lugar a dudas. Esa canastilla encerraba un drama.