'División en la Generalitat'Hors Wagner
Junts y la CUP dejan solo a Pere Aragonès e
intentan dinamitar la mesa de diálogo con la Moncloa antes de que se active en septiembre.
El partido del huido Carles Puigdemont y del indultado Jordi Sánchez no piensa ponérselo fácil a ERC, a pesar de que son socios de gobierno.
Ambos desarrollan papeles y estrategias muy diferentes en casi todo, pero especialmente en su relación con el Ejecutivo central. La inquina mutua entre los dos partidos, obscenamente exhibida durante el año y medio de emergencia por la pandemia, deteriora la confianza de una ciudadanía ya exhausta y limita las expectativas de que sean capaces de sacar a Cataluña del hoyo de la desconexión cívica, el letargo económico y la marginalidad política en el que ellos mismos la han metido. La táctica independentista, radicalizada ahora por Junts, sigue siendo cuanto peor, mejor.