Ahora López Obrador inventa el corcholatazo como una nueva forma de encubrir el resurgimiento de El Tapado, que finalmente será oportunamente destapado para la postulación del candidato presidencial de Morena para el periodo 2024-2030. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro.
Intriga la premura del Presidente de la República por echar a andar el proceso de su sucesión. Pareciera que frustrados sus sueños reeleccionistas y resignado a la posibilidad al menos de un “maximato” ejercido desde su rancho de Palenque, el tabasqueño pone en acción con inusitada antelación su nuevo plan.
Otra razón muy sustentada es que ante el cada vez más evidente fracaso de su Gobierno en materia de seguridad pública, desarrollo económico y servicios de salud (incluido por supuesto el errático manejo de la pandemia), opta como lo ha hecho otras veces por tronar cohetes distractores que ocupen no sólo a la clase política y a sus seguidores, sino a los medios, a las redes y a los opinadores.