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En Palacio Nacional lo conocen como némesis de Gabriel García Hernández.
Es Carlos Torres Rosas, oficialmente secretario técnico del Gabinete de la Oficina de la Presidencia de la República.
Pero con enormes poderes.
Por eso quien busca el mejor camino para ampliar presupuesto, ajustar programas o impulsar nuevos proyectos, acude a él.
Quienes lo tratan lo describen como un funcionario bonachón, muy accesible para todos y ejecutivo nato sin aspavientes.
Diferente a Gabriel García Hernández, quien como coordinador de Programas Integrales de Desarrollo maneja(ba) con suficiencia inobjetable los recursos infinitos de la asistencia con fines electorales y un ejército de casi 20 mil promotores de votos.