Otra vez el opositor más terco y repetitivo de este gobierno, la realidad, rebasa por la izquierda al discurso oficial, expresado tanto en las conferencias mañaneras como en las ya aisladas intervenciones del vocero Hugo López Gatell. Hace unos cuantos días, la agencia de alimentos y medicinas de los Estados Unidos, la Food and Drug Administration, le extendió autorización completaa la vacuna de la farmacéutica Pfizer para ser comercializada en Estados Unidos y, por consiguiente, en todo el mundo.
No es nada más que la CTM haya perdido la titularidad de un importantísimo Contrato Colectivo de Trabajo y, por tanto, que se le esfuma uno de sus fuertes sindicatos afiliados. Tampoco que se haya concretado ante los ojos de la Nación un recuento interno, uno más, en una organización gremial corporativa. Son signos de los tiempos.
Constituido cual Secretario de Justicia del Gabinete Obradorista, Arturo Zaldívar fue comisionado en Palacio Nacional para concretar, entre varios, dos empeños cuatroteístas: primero, apaciguar la revuelta contra el entreguismo y la majadería de José Luis Vargas en el TEPJF y, segundo, suscitar que en la presidencia del Tribunal se quede alguien ‘a modo’ para no correr riesgos innecesarios en la calificación de la elección presidencial.
El ambiente tenso, rasposo, que se vive dentro de la Suprema Corte de Justicia y el teatro bufo que vemos desde hace meses en el Tribunal Federal Electoral tienen un mismo origen: la grosera, insistente, conducta del Ejecutivo para intervenir en las decisiones jurisdiccionales de estos organismos del Poder Judicial de la Federación.