Las tribunas del estadio Al Bayt, colmadas de fánaticos galos y del conjunto africano, presentaron un marco ideal para el partido por semifinales que definió al rival de la Argentina en la final de la Copa: Francia.
El histórico exfutbolista y entrenador, de 78 años, conserva un cariño especial por la Argentina por su paso como director técnico por San Lorenzo en 1987 y por los hinchas de la Albiceleste .