La 'guerra fría' del reloj Todo está medido al minuto en las cumbres entre EE UU y Rusia, pero los retrasos siempre han sido utilizados para tomar o ceder la iniciativa Putin se desplazó a la cumbre en su flamante limusina 'Aurus', completamente blindada y de fabricación rusa. / REUTERS RAFAEL M. MAÑUECO y ANJE RIBERA Corresponsal. Moscú Miércoles, 16 junio 2021, 20:31 Vladímir Putin tiene un calculado hábito en las cumbres. Al presidente ruso le gusta hacer esperar a otros líderes mundiales, a veces durante horas. En su anterior reunión con un mandatario de Estados Unidos, en 2018 con Donald Trump en Helsinki, llegó 45 minutos tarde. En 2013 el entonces secretario de Estado John F. Kerry durante su visita a Moscú se desesperó durante tres horas antes de ser recibido. Pero el récord de sufrimiento es para a canciller alemana, Angela Merkel, que tuvo que soportar un retraso de cuatro horas en 2014. Incluso Francisco vio cómo Putin entraba media hora tarde en Ciudad del Vaticano para la audiencia papal. La tardanza de Putin fue noticia por primera vez cuando hizo que la reina Isabel II le esperara 14 minutos en 2003, aunque el Kremlin lo atribuyó a un atasco de tráfico en Londres.