Pedro y el lobo
Todo el mundo conoce (quiero creer que incluso los más jóvenes) la historia de
Pedro y el loboque nos contaban nuestros padres, con gran éxito de público, hasta que caíamos vencidos por el sueño: Pedro era un pastor que para divertirse a costa de sus vecinos gritaba ¡Que viene el lobo! una y otra vez. Estos, generosos, acudían siempre a ayudarle a salvar a su rebaño. Pero un día que vino el lobo de verdad, los gritos de Pedro cayeron en el vacío, pues ya nadie prestó atención a la llamada de socorro del pastor. La moraleja es evidente: quien miente una y otra vez acaba perdiendo toda credibilidad y ya nadie le hace caso.