Treinta años se ha dedicado a la música Fausto Avendaño Barranco, dos de los cuales ha pasado en las calles de Oaxaca de Juárez, en las periferias del Centro Histórico, amenizando la vida en la ciudad capital a cambio de unas monedas. Mientras toca el teclado, don Luis da vida a la percusión y don Eduardo, con su güiro, más que aplausos, espera el apoyo y comprensión de los oaxaqueños. La pandemia es el motivo de su presencia en las banquetas.