Quizás se deba tal marginación a la conducta irresponsable mostrada por muchos progenitores en el cumplimiento de sus deberes paternos. Probablemente tenga que ver con la imagen rígida, autoritaria fuerte y correctiva como tradicionalmente ha sido concebido el padre, percepción que podría convertirlo en una figura poco inspirable. O tal vez se deba a que su desempeño, por más eficiente y cariñoso que resulte, siempre será opacado por el amor, ternura, entrega y papel trascendental desempeñado por la madre.
Vale aclarar, sin embargo, que esa imagen patriarcal, represiva y autoritaria que antes teníamos del padre, ha cambiado sustancialmente en los tiempos posmodernos. Hoy nos encontramos con padres más amorosos, tiernos y mucho más conscientes de sus responsabilidades familiares. Padres que en ocasiones desempeñan también el doble papel de padre y madre. Pienso que esos padres también merecen que exista alguien que les escriba.