BBVA Compass de Houston abarrotado de camisetas hondureñas. El estadio era una caldera, parecía el Olímpico de San Pedro Sula en cuanto a la presión de la afición, se miraban camisetas rojas dispersas ante un mar de paisanos nuestros. Houston se pintó de azul y blanco y al final la selección catracha les regaló un triunfazo jugando fútbol con vértigo y alegría. Hoy, sí hay cosas por mejorar, pero el rendimiento de la "H" fue de 10 y alejando los fantasmas ante una selección que se había tornado díficil en los últimos años.