Resultados difíciles de anticipar, acaso disparatados pero absolutamente reales, nos deja por saldo el megaproceso del pasado 6 de junio. Nuevo equilibrio de fuerzas que modifica sustantivamente el mapa político del país, sus instancias de poder y la viabilidad de las distintas alianzas partidistas con miras a la sucesión presidencial de 2024. Por supuesto, es importante que la coalición PAN-PRI-PRD haya logrado