El ocaso anfibio que quita el aliento MONICA IRAGO Los comerciantes romanos de vino, el Apóstol en su barca de piedra y los fieros normandos navegaron estas aguas de muros submarinos de Carril, donde Rosalía de Castro se despidió del mar en su último verano 10 jul 2021 . Actualizado a las 13:48 h. Por muy difícil que sea ponerle puertas al mar, en Carril han conseguido colocarle unos cuantos muros. Baja la marea, y emergen sobre la arena valados de piedra que parecen extraídos de cualquier leira de monte. Las impresiones a vuelapluma de los visitantes que se dejan caer por aquí los domingos soleados de invierno, y cualquier día en verano, son dignas de ser registradas. Donde algunos creen ver las lindes de la Atlántida, las cicatrices de una catástrofe fenomenal al estilo de Charlton Heston vociferando bajo la cabeza decapitada de la estatua de la libertad en