¿Ye que dudes? 4 de julio de 2021, 8:19 Agotado el recurso de la gota malaya, en el que se han derrochado decenas de millones de euros en publicidad subliminal, la Junta se agarra a la neurociencia para coser el Frankenstein que alumbraron Martín Villa y Peces Barba en su intento de cuadrar el mecano de la España de las autonomías. Después de 38 años de intentos infructuosos de convencer a los leoneses de que ya no somos ciudadanos de esta tierra, sino criaturas de un engendro bautizado como castellanoleonés, el Ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco recurre a una campaña de neuromárketing para convencernos de que la identidad se construye con tan sólo apelar a la penúltima letra del alfabeto: la ‘ye’, como la nombra la academia. La Y —en mayúsculas, erguida con su fálica constitución de conjunción copulativa, no tumbada en minúsculas como si arrastrara el rabo— protagoniza la nueva campaña con la que la Consejería de Cultura y Turismo quiere vender el destino y, de paso, convencernos de que hay argumentos que caminar juntos. No entienden que aquí, al leerlo, se entiende que el signo está puesto para separar, no para unir.