Deportistas buscan ser alentados en unos Juegos Olímpicos sin público Galería TOKIO (AP) — El carismático gimnasta estadounidense Samuel Mikulak dio algunos giros sobre las barras paralelas, tuvo una salida perfecta y mandó un beso a las cámaras. Aquellos que veían las competencias olímpicas de gimnasia varonil por televisión sabían que acababan de presenciar algo mágico. "¡Hermoso!" exclamó el comentarista por televisión. "¡Wow, eso fue fantástico!" Pero alrededor de Mikulak, las bancas de madera con capacidad para miles de personas estaban prácticamente vacías. Los aplausos estallaron en un extremo de las gradas, donde Simon Biles y el resto del equipo femenino gritaron lo más fuerte que pudieron para romper el silencio dentro de la arena.