Llegar a Tokio, con escala en Frankfurt, supone invertir c
asi un día de viaje desde Mallorca. Pero la travesía hacia los Juegos Olímpicos cuenta con más factores que la distancia, los miles de kilómetros o el cambio horario. La pandemia, el dichoso virus, forzó el aplazamiento de Tokio 2020 por espacio de un año y ha marcado su devenir hasta las horas previas incluso de la ceremonia inaugural, con el fantasma de la cancelación planeando sobre el evento.
Ser olímpico es lo máximo para un deportista. Para un periodista, y más aquellos que vivimos alejados del poderío mediático de Madrid o Barcelona, supone una experiencia única, poder acompañar a aquellos a los que sigues cotidianamente y compartir lo que, para muchos y muchas, es el gran momento de sus vidas.