En las horas previas a un momento especial, el debut en los que serán sus quintos Juegos Olímpicos,
Rudy Fernández destila tranquilidad, confianza en el grupo y el trabajo y una buena dosis de sentimiento a la hora de volver a pisar Saitama. «El pabellón es el mismo, pero hay muy buenos recuerdos», en referencia al título mundial de 2006. «Me acuerdo que el Chacho (Sergio Rodríguez) y yo éramos unos chavales y ahora somos de los más veteranos.», bromeaba el exterior formado en Sant Josep Obrer, quien admite que «la ilusión sigue intacta».