Trabajadores de la ciudad descansan a la sombra de un árbol, sobre Paseo de la Reforma. Foto: Rogelio Morales , Cuartoscuro
Una y otra vez salen a luz pública elogios por parte de medios empresariales y clase política, vanagloriando la condición que tiene México como una economía atractiva y abierta a las inversiones extranjeras. A la par de la agresiva y violenta política contra los migrantes para prevenir su ingreso a EU por México, se repite incansablemente que nuestro país, aun en pandemia, se convirtió en el “mayor socio comercial de EU” y que el nuevo tratado de libre comercio T-MEC será un motor para la economía nacional. Insistentemente se anuncia que el país tiene una condición de competitividad que lo coloca como un paraíso para las inversiones.