30/07/2021 00:45
No sé hasta qué punto la pandemia está influyendo en estos arranques de sinceridad que muchos grandes deportistas están teniendo en los últimos meses sobre los estados depresivos que provoca la alta competición. La tenista japonesa Naomi Osaka sorprendió a todo el mundo en mayo pasado cuando se retiró del torneo de Roland Garros después de negarse a mantener contacto con la prensa para preservar su salud mental. Osaka admitió que convivía con la compañía de la depresión desde que ganó su primer título de Grand Slam en el 2018. Ya en los Juegos de Tokio, la gimnasta Simone Biles, cuádruple oro olímpico, renunció el martes a competir al ser víctima de un ataque de ansiedad. Con su gesto, la campeona ha hecho crecer más su leyenda: “No somos solo atletas. Somos personas al fin y al cabo”.