La muerte del activista
Nizar Banat tras ser detenido por la policía palestina y tras ser golpeado salvajemente pone otra vez sobre el tapete la fuerte represión que el Gobierno de Mahmud Abás aplica contra los disidentes, cada vez más numerosos, que critican su forma de gestionar la situación en la Cisjordania ocupada después de más de tres lustros en el poder.
Banat se había significado desde hace años por sus comentarios y actitudes contrarias a
Abás. Falleció durante su arresto por parte de las fuerzas palestinas en su domicilio de Dura, una población situada en el área de Hebrón, al sur de Cisjordania. El disidente fue brutalmente golpeado a las 3.30 horas de la madrugada del jueves y ya no se recuperó.