La gran lectura inicial que se hizo en Chile Vamos, una vez que la tendencia se instaló en un punto de no retorno para el triunfo de Sebastián Sichel, fue que la champaña primero se destapó en la sede del Partido Republicano, pues, a diferencia de Joaquín Lavín, el expresidente de BancoEstado no tendría la capacidad de absorber electorado de la derecha más dura. Un tema no menor, considerando que José Antonio Kast ya aseguró que va a la primera vuelta y, en las condiciones en que se encuentra el sector, el miedo a no pasar al balotaje se instaló como una realidad, ante la dispersión de votos.