Foto de archivo de Aínsa-Sobrarbe, el primer municipio aragonés en unirse al Corredor Biológico Mundial.Laura Uranga
“Crear un cinturón ecológico alrededor de nuestro planeta”. Ese es el principal objetivo del Corredor Biológico Mundial, un proyecto auspiciado por expertos y organizaciones medioambientes, que pretende unir las superficies naturales singulares para salvaguardarlas, y que ya cuenta en Aragón con dos municipios adheridos a la iniciativa: el oscense Aínsa-Sobrarbe y el turolense Camarena de la Sierra.
“Hemos enviado la invitación para incorporarse a este proyecto a 300 municipios de Aragón, por su alto valor ecológico, pero, por el momento, solo dos han aceptado”, explica Jorge Extramiana, presidente del comité internacional del Corredor Biológico Mundial. “La adhesión no supone ningún coste, sin embargo, mientras algunos han contestado negativamente; otros nos han pedido concertar una videoconferencia para conocer más sobre el proyecto y así