Comparte:
El gobierno de Estados Unidos, vanguardia transnacional en la brega contra los descarríos administrativos gubernamentales, acaba de donar 251 millones de dólares a República Dominicana para rivalizar implacablemente (raspar y/o trasquilar) la corrupción y otros flagelos, prosiguiendo un “altruismo” que percute con más visaje desde 1961.
¿Protege con exceso de ternura esa superpotencia imperial a nuestro país por un amor espontáneo y fraterno?
La preocupación del coloso del Norte es tan pronunciada que, en su reproche a la República Dominicana, cual procónsul, su encargado local de negocios no reconoció ni un ápice las adjudicaciones preliminares en los lindes del rastreo y las imputaciones judiciales detrás del castigo por las substracciones oficiales -una cosecha de la conjunción de los reclamos tanto socio-populares como gringos-, en el primer año del actual mandato presidencial. Mister Robert W. Thomas se fue de bruces… Imitó al burro cuando a