Concordia - 01/07/2021 - 20:04:48
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El gélido frío invernal de fines de junio ha calado hasta los tuétanos de los huesos. A los temas recurrentes de la pandemia y la economía, se le sumó el pavor por temperaturas dignas de una ola polar y a cualquiera que tenga el corazón todavía sin convertirse en un cubo de hielo le es imposible no preguntarse por todas esas personas sin hogar, en extrema vulnerabilidad, que viven a la intemperie, que rondan por plazas y basurales, por inmediaciones de la terminal de ómnibus o las ex estaciones de trenes, acobachados en rincones o galerías, bajo las arboledas o en un zaguán, llevando con ellos, a la carga, sus pocas cositas, su vida entera. Que a veces pasan invisibles al ruedo y al ruido cotidiano de la ciudad. Historias de vida doloridas, signadas por causas tan variadas como pueden ser la pobreza extrema, el abandono familiar, la violencia de género, las adicciones y padecimientos de salud mental. ¿Qué es de ellos en este invier