LOS ÁNGELES, California.- Abrazar a su esposa e hijas en Indianápolis era el sueño de
Bani Francisco Atz, de 25 años, quien decidió emprender el viaje desde Guatemala para cruzar la frontera en el desierto para llegar hasta Estados Unidos.
Para Bani lo más importante era su familia y “que ellas estuvieran bien dije, yo aquí en Guatemala es dura la vida también pues bien escaso el trabajo”. Por ese motivo el 15 de mayo dejó Guatemala y se encaminó junto con otros inmigrantes y con uno de los llamados “coyotes” hacia Estados Unidos.
Reunió los $8,000 para pagar a los coyotes que le prometieron obtener un asilo político en este país. “Vendí unas cosas que tenía y luego (hice) un préstamo”, contó Bani.