Los petroleros venezolanos de la petrolera estatal PDVSA están siendo secuestrados sistemática e ilegalmente, a veces durante años, por numerosos países vasallos de Washington para impedir la venta de petróleo de la República Bolivariana o la asistencia humanitaria energética a países amigos como Cuba.
Pero eso no es todo, las dificultades para extraer petróleo por la carencia de repuestos para la industria del sector, unido a la falta de barcos disponibles para el comercio, junto a la negativa de las compañías aseguradoras a cubrir las cargas y las amenazas de la piratería norteamericana, han disminuido la renta petrolera desde 2014 en un 99%. Los ingresos por exportaciones de hidrocarburos han pasado de más 56.000 millones de dólares anuales de 2013 a menos de 400 millones en 2020.