Los nueve miembros de esta presunta secta operaban en el sector de El Terrón, Santa Catalina y están vinculados con la muerte de siete personas: 4 masculinos y 3 femeninas, (de este número de víctimas hay 6 menores de edad y una persona adulta).
Las víctimas fueron identificadas como Bellin Flores (embarazada) de 33 años, José Hilario González Ríos, de 9 años, Daisay Mariela González de 10, Daniel González de
3, Efraín González Flores de 1 año, Inés Urriola Blanco de 9 años.
Los siete cuerpos en avanzado estado de descomposición permanecían en una fosa común situada a unos dos kilómetros de la comunidad, mientras que otras personas estaban privadas de libertad a manos del pastor y su hijo, quienes presuntamente se denominaban Profetas .