30/06/2021
En los primeros años del siglo XX el comercio talaverano vine una auténtica revolución de manos de un puñado de empresarios emprendedores que, con proyectos creativos y novedosos en sus actividades y productos, tendrán mucho éxito en toda España.
Empezaré por Silverio Corrochano, especializado exclusivamente en confituras, chocolates, pastillas, caramelos y fondant. Montó una modernísima fábrica con máquinas a vapor en la calle Barrionuevo y distribuía sus productos en todas las provincias españolas y exportaba a ultramar. Consiguió el primer premio de la Exposición del Progreso en Madrid en 1905 por la calidad y exquisitez de sus creaciones.