La democracia tiene una deuda con Marcelo
La Paz / 25 de julio de 2021 / 00:26
Jaime Camacho era un pastor evangélico que compartió con nosotros una parte de la estadía en Puerto Cavinas, a orillas del río Beni, lugar donde la dictadura de García Meza y Arce Gómez confinó a medio centenar de presos políticos. No he sabido nada de él en los últimos años, tal vez ya partió hacia el añorado paraíso celestial de sus prédicas. Hasta el golpe del 17 de julio de 1980 trabajaba en las oficinas de la Corte Nacional Electoral.