La medida, que ha permitido detener sin orden judicial a más de 52.000 presuntos pandilleros, suspende la libertad de asociación y el derecho a la defensa de un procesado, entre otras restricciones.
Se espera que miles de británicos hagan fila para ver a su reina en la capilla ardiente del Westminster Hall de Londres, que estará abierta hasta su funeral el próximo lunes.