Por ese incansable afán infantil de buscar y buscar constantemente, la Comarca de la Sidra, emplazada en el centro-oeste de Asturias, es mucho más que un trozo de costa de verdes densos y la mayor concentración de pumaradas y
llagares (bodegas sidreras) del Principado. De hecho, es un territorio que regala a los más pequeños grandes y redondas experiencias.
Del árbol a la cesta
Este planteamiento agroturista, que acaba de cumplir 25 años de trayectoria, no puede ser más original. Un matrimonio de agricultores, Pablo y Marta, abre su finca de frutos rojos del bosque a quien desee cosecharlos, catarlos en ese mismo instante y pagarlos después al peso. A lo largo de tres hectáreas al aire libre, familias y curiosos recolectan con recipientes de cartón tanto arándanos los reyes de la plantación como frambuesas, grosellas rojas y negras , moras y uvas espino, todos con grandes propiedades antioxidantes (y sedantes al recogerlos con las manos).