Machos llorones Lo advierto en las primeras líneas, aviso para navegantes:
Me encanta ver llorar a un hombre. No tanto a los que quiero, sobre todo si su llanto es provocado por el dolor, que me desarma. Me gustan las lágrimas de los hombres públicos, de los famosos, de
aquellos que son referentes en su campo. No por sadismo, desde luego. Más bien porque su llanto es patente de corso para nosotras, las mujeres, a las que siempre nos pidieron que reprimiésemos las lágrimas si no queríamos ver ensombrecida nuestra valía. La profesional, claro. Porque la mujer podía llorar en lo más íntimo, en el hogar. Hasta nuestra época ha llegado una frase “Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”, atribuida a la sultana Aixa, que fue la madre de Boadil el chico, el último rey islámico de Granada que lloró al salir de la Alhambra entregando las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Horrendo, desde nuestra perspectiva. Pero así ha sido.
Lazarus-galdiano
Antonio-garamendi
Emilia-pardo
Sergio-busquets
Museum-lazarus
Carrefour
House-museum
எமிலியா-மன்னிப்பு
கேரிஃபோர்
வீடு-அருங்காட்சியகம்