Y aunque digan que en muchas cosas la guagua va en reversa, quiera Dios que en vez de ir hacia atrás este gobierno enderece los entuertos que aún sólo están en carpetas y promesas.
Si pudiera ser reconocida la adulteración de documentos de parte de sus padres para lograr vivir con dignidad y desarrollar su familia como inmigrantes, jamás de los jamás esos posibles hechos, si fuera el caso, podrían tener efecto de arrastres para los hijos.
Pero resulta que aquí hay miles y miles, más los que se seguirán sumando, de trabajadores y trabajadoras haitianas que han parido, educado sus chicos en las escuelas del país, incluso que no conocen su país de origen, y no les interesa.
En el caso que motiva este título, trata de un personaje no oriundo del sitio. Sin embargo, desde muy joven se radicó en el pueblo de Bonao, a quien sus munícipes le dieron su proverbial acogida.