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Estamos en el mes de julio, próximo a la celebración de la fiesta de la Virgen del Carmen (16 de julio), portadora de su gran regalo: El escapulario.
Veamos su origen y su importancia.
El escapulario fue el don que recibió el general de la Orden, Simón Stock, en 1251, cuando la Virgen se le apareció y le hizo entrega del hábito de la Orden, asegurando la salvación eterna para todos los que lo llevaran con devoción.
San Juan Pablo II dirigió una carta a los generales de las dos ramas carmelitas, los padres Joseph Chalmers, antigua o «calzada», y Camilo Maccise, reformada por Santa Teresa y San Juan de Ávila o «descalza», en la que recordaba que había confiado a María el tercer milenio en su carta apostólica programática «Novo millennio ineunte».