Estrés en la mesa «Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas», escribió Truman Capote, que pretendió con Answered Prayers el gran retrato de la sociedad de finales del siglo pasado y solo logró una novela inacabada. Lady Ina Coolbirth y Jonesy se sientan a la mesa en el restaurante Côte Basque, de Manhattan. No les importa gran cosa la comida, quieren entretenerse y cotillear. Rechazan la pierna de cordero del carrito que les ofrece Monsieur Soulé, el afamado restaurantista, y eligen el soufflé Furstenberg, una mezcla de queso, espinacas y huevos, que lleva más tiempo de preparación y permite un preámbulo más largo con los aperitivos y las bebidas. Les importa la conversación sumergida en las burbujas del Roederer Cristal. Por sus lenguas afiladas desfilan los chismes sobre Cole Porter, Orson Welles, Jean Harlow, la princesa Margarita de Inglaterra, Salinger y John Kennedy, entre muchos otros. La última parte de Plegarias