La respuesta de los jóvenes mallorquines ante el macrobrote originado por estudiantes en viaje de estudios es tajante: «es necesario vacunarse».
Estos días protagonizan las filas de los hospitales y centros sanitarios de la Isla para recibir la primera dosis contra la COVID-19, y más se harán notar después del alud de solicitudes para inocularse –más de 41.000 personas en 24 hora– de la franja de 29 a 16 años: «Es algo positivo que se nos haya adelantado la cita porque este verano nosotros somos los que más nos podemos contagiar, como ha sucedido», expresó
Anna González, de 17 años, que ayer se vacunó por primera vez junto a su hermana