Revolucionario. Así quiso ser
Iván Brzic cuando llegó al Perú por primera vez a dirigir. El serbio venía de entrenar en la liga española y quería imponer en Universitario un nuevo sistema de trabajo. El DT era exigente con sus pupilos y no dejaba nada al azar. Era de hablar poco pero claro en los conceptos y cuando daba una orden nadie podía decirle nada. Algo que no le gustaba nada a ‘Cara de piedra’, como lo bautizaron sus dirigidos, era que los jugadores no vieran los partidos del campeonato cuando estaban concentrados y menos seguir el fútbol del viejo continente.