En la historia de la humanidad, ningún partido o movimiento ha perdurado cuando su único sostén es la obediencia a un solo hombre y carece de una ideología que le dé coherencia y disciplina. Tengo la certeza de que, gane quien gane, el 2 de octubre (fecha emblemática) de 2024 México despertará de una de las más horrorosas pesadillas de su vida independiente.