Un malentendido intencionado es asumir que Jóvenes altezas es como Élite y decidir verla o no a partir de este parecido. Tiene un colegio de renombre y de uniforme donde el alumnado piensa que todo aquello que hay fuera de su reducido círculo es directamente pobreza. Es la institución donde se tiene que matricular el príncipe Wilhelm de Suecia después de una pelea de discoteca. Y digo que es un malentendido intencionado por el éxito enorme que tiene la serie española en Netflix: a los directivos de la plataforma no les iba mal que los habituales de la obra de Darío Madrona y Carlos Montero probaran la propuesta de Lisa Ambjörn, Lars Beckung y Camilla Holter. La verdad, sin embargo, es que no pueden tener esencias más opuestas.