"Si yo estaba decepcionado del sistema, hoy estoy peor. Fíjese que ayer que estaba esperando a mi hermano ahí (fuera de las bartolinas conocidas como El Penalito), vi que estaban entregando los paquetes y no va a creer que en una bolsita de esas que hacen charamuscas, le echan un poquito de pasta de dientes…", comentó Juan (nombre ficticio), con evidente disgusto sobre la compra de paquetes de aseo personal y comida que los familiares de los privados de libertad, en El Penalito, deben hacer en una tienda. Como El Penalito se conoce a las bartolinas policiales que están sobre la calle Concepción de San Salvador, en el barrio del mismo nombre, en donde existe un local que tiene la exclusividad para vender la comida y los paquetes de ropa o limpieza. Lee también: Pro Búsqueda expresa su preocupación por militarización de zonas rurales en el país Una exclusividad que se da "por órdenes de las jefaturas", según explicó un agente policial a un periodista qu