Scapa Flow y el enigma del relojero de Kirkwall
Espionaje y guerra submarina
La facilidad con que un submarino alemán atacó la impenetrable base británica de Scapa Flow, en 1939, llevó a pensar que los nazis habían contado con la ayuda de un espía
El submarino alemán U-47, que hundió el navío británico Royal Oak en Scapa Flow, se acerca a la nave alemana Scharnhorst en 1936.
CORBIS/Corbis via Getty Images
Actualizado a 15/07/2021 11:05
El comienzo de la Segunda Guerra Mundial no resultó nada halagüeño para el arma submarina alemana. Su inferioridad material era evidente. Únicamente contaba con 57 sumergibles, de los que solo 26 estaban capacitados para operar en aguas atlánticas. Los demás eran costeros.