Accidentes
Cuerpo (des)vestido
La presencia (o ausencia) parcial de ropajes paradójicamente viste de deseo a la corporalidad hecha carne en su tránsito hacia la consumación del sueño sexual, sea este compartido o imaginado.
Alberto Durero, Eva, 1507. Óleo sobre tabla.
El desnudo, sempiterno rasgo habitante del arte figurativo durante todas sus etapas, partió de la Grecia clásica desprovisto de asignación sexual alguna; arribó al Renacimiento para convertirse en ícono y mito; más tarde, con Moreau, Redon y Klimt, protagonizó las preocupaciones oníricas que sobre Tánatos y los sueños abrazara el Simbolismo; a manos de Chagall, Schiele y Modigliani se hizo reflejo intimista del autor durante el Expresionismo; y en la modernidad, se convirtió en objeto de estudio semiótico en el que identidad, la relación entre los géneros, y el diálogo observador-artista, le hicieron suyos.