El 22 de abril de 2020, El Alto fue el epicentro de un hecho que consternó a la población. Un muchacho de 22 años terminó con la vida de su padre, de 47, luego de asestarle una puñalada en el tórax. La víctima, que había llegado a la vivienda en estado de ebriedad, discutía con su esposa (madre del implicado). “De rabia actué”, intentó justificar el victimario, que luego fue imputado por parricidio.
¿Pero qué supone este delito? El Código Penal Boliviano es claro. En su artículo 253, señala: “El que matare a su padre, madre, o a su abuelo u otro ascendiente en línea recta, sabiendo quién es, será sancionado con la pena de presidio de 30 años, sin derecho a indulto”.