En el municipio rodeado de montañas emblemáticas, donde anidan las guacamayas y se alimentan de uno de sus frutos predilectos, se escucha el rumor a voces calladas por los principales pasillos que le adornan: “Se pelearon las comadres”. Dicen que volaron desde platos, cazuelas, jarros y una que otra nuez, ante la inquietante y voces a gritos enmudecidos, la destitución